La fistula pre auricular es una malformación congénita benigna de los tejidos blandos preauriculares que también se conoce como “hoyuelo preauricular” o “fosa preauricular”. Tiene una incidencia aproximada de 1% de la población y se caracteriza por la presencia de una  comunicación anómala con un trayecto fistuloso debajo de la piel que no debería existir.

En la mayoría de los casos, el trayecto se abre a un pequeño orificio justo por delante de la oreja pero puede aparecer en otras localizaciones de forma menos frecuente. La profundidad es variable y se puede presentar de forma unilateral o bilateralmente. Así lo explicó la doctora Lissette Cheas Bidó, otorrinolaringóloga de  los Centros de Diagnóstico Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (CEDIMAT).

La causa

Los niños nacen con esta malformación que está estrechamente relacionada con la embriología de la oreja, se forma entre la cuarta y la octava semana del desarrollo embrionario en el primero y segundo arco branquial, explica la experta

Se considera que las fístulas preauriculares se forman por atrapamiento de ectodermo, en el espesor del mesodermo, durante el desarrollo del pabellón auricular. Esta malformación no se asocia con problemas auditivos y rara vez se asocia a síndromes genéticos que involucren otros órganos. 

Las malformaciones del oído externo se presentan en menos del 1% de niños sanos.  Se considera un defecto congénito común a pesar de que su incidencia puede sonar baja.  Se presenta tanto en varones como en hembras por igual.  Esta malformación no es necesariamente hereditaria, sin embargo cuando se presenta bilateralmente una historia familiar es más frecuente. 

Las fístulas preauriculares suelen ser esporádicas, aunque un tercio de los casos son familiares. Cerca del 50% de los casos son bilaterales; sin embargo, la mayoría de los casos son asintomáticos. Sólo un tercio de los pacientes son conscientes que presentan este tipo de malformaciones, asegura la especialista.

 Muchas veces los pacientes no perciben que presentan este tipo de lesiones y no es hasta la vida adulta, en la cual se hacen conscientes de la presencia de la malformación, la mayoría de las veces por un cuadro de infección o salida de contenido sebáceo. Una vez que las lesiones se hacen evidentes, los pacientes suelen durar algunos años en asistir al médico  y esto es debido a que al inicio las fístulas preauriculares suelen ser asintomáticas, indica la médica de CEDIMAT.

Las manifestaciones pueden ser en forma crónica e intermitente, con drenaje de material purulento a través de la abertura del hoyuelo, lo que predispone a la infección y, en algunas ocasiones, a la formación de abscesos.

 Una vez ocurrida la infección, se producen cuadros recidivantes y pueden complicarse con celulitis facial o con ulceraciones próximas a la oreja.

Su secreción consiste en material con aspecto de queso seco y cuando la fístula se complica con infección, por lo común se aísla Staphylococcus, y con menos frecuencia, especies de Streptococcus, Proteus y Peptococcus.

Signos y síntomas

Las manifestaciones más frecuentes son:

  • Orificio pequeño visible por delante de uno o ambos oídos.
  • Hinchazón, dolor, fiebre, enrojecimiento o pus dentro o alrededor del orificio, señalando a una infección, como es una celulitis o un absceso.
  • Una masa de crecimiento lento justo al lado del orificio, que lo relacionamos con un quiste.  El quiste aumenta la posibilidad de infección.

Una de las principales manifestaciones de las fistulas pre auriculares es que pueden formar quistes benignos o infectarse y formar abscesos.  En aquellos casos donde los pacientes presentan cuadros infecciosos de forma recurrente es recomendable ser extirpada quirúrgicamente. 

Tratamiento

Si la fistula no presenta episodios infecciosos no es necesario tratamiento.  En casos de infección se recomienda el uso de antibióticos y analgésicos.  Algunas veces es necesario drenar las fistulas si presentan abscesos que no se resuelven con el uso de antibióticos.

El tratamiento definitivo para las fistulas pre auriculares es su remoción quirúrgica con todo su trayecto.  La mayoría de las veces la cirugía se hace de forma ambulatoria.

 Es recomendable evitar la resección quirúrgica durante episodios inflamatorios agudos para evitar la recurrencia de la malformación.  En estos casos es preferible mejorar el cuadro agudo con el uso de antibióticos orales y antiinflamatorios y posteriormente planificar la cirugía.  

En casos en los que exista infección será necesario administrar por vía oral antibióticos de amplio espectro, así como aplicar fomentos calientes para acelerar la curación del proceso inflamatorio y alguna crema tópica local contra estafilococos.

Algunos médicos limitan la intervención quirúrgica a pacientes con episodio infeccioso previo, porque una vez que la fístula se infecta rara vez permanece asintomática; la reinfección es la constante en estos casos. También hay médicos que  aun en pacientes asintomáticos indican la intervención quirúrgica. Las tasas de recurrencia después del tratamiento quirúrgico se han reportado entre 13 y 42%.

De manera general, no se recomienda el drenaje del contenido sebáceo de forma recurrente. Es preferible siempre mantener la zona bien higienizada y en casos de infecciones o supuración fétida se recomienda visitar al otorrino pediatra, asegura la experta.