Una de las principales funciones del sistema inmunológico es proteger al organismo de sustancias nocivas, como son las bacterias y los virus; pero este también suele reaccionar ante otras sustancias, conocidas como alérgenos.
Estos regularmente son inofensivos para la mayoría de las personas, sin embargo, en individuos con un antecedente familiar de alergia o atopia, la respuesta inmunitaria es exagerada e inesperada. Cuando el sistema de defensas reconoce un alérgeno, libera una respuesta, secretando histamina y otros mediadores químicos que provocan los síntomas alérgicos.
Conscientes de esta problemática de salud cada vez más presente en la población mundial- incluyendo nuestro país- debido a condiciones genéticas y factores externos que aumentan de forma acelerada, hemos incorporado el Servicio de Alergología e Inmunología Clínica, con el fin de ayudar a los pacientes a controlar dichas afecciones.